LA COSA DEL PANTANO DE ALAN MOORE - 1 - TAPA DURA
Editorial: ECC.
Guión: Alan Moore, Stephen Bissette y John Totleben.
Dibujo: Stephen Bissette, Rick Veitch y Dan Day.
Páginas: 208.
Publicación: Marzo 2014.
Dentro de las revolucionarias aportaciones que Alan Moore hizo al mundo del cómic en los años 80, el poderoso brillo de Watchmen (aquí, su reseña) y V de Vendetta (aquí, su reseña) amenaza con ocultar otros muchos títulos que merecen la pena. La Cosa del Pantano es, probablemente, uno de los que destaca con más intensidad, a pesar de que no se trate de una creación del excéntrico autor británico. La brutal reinterpretación que hizo del personaje es impresionante a todos los niveles pero sobre todo por la valentía que hay que tener para alterar un personaje de una forma tan significativa pero también tan eficaz. La Cosa del Pantano será siempre una creación de Len Wein y Bernie Wrightson, pero es igualmente imposible disociar el título del nombre de Moore. La clave está en estos primeros números que recopilar este primero de los seis volúmenes de los que constará la colección. De la confusión de quien necesita los números anteriores para conocer la historia del personaje se pasa a una redefinición tan profunda que ya no hace falta nada más. Moore crea así la que se puede considerar su historia de terror más compleja e importante, una que merece un hueco más destacado en su propia trayectoria, aún compitiendo con los clásicos ya mencionados.
Moore juega a algo que se puede considerar manido, la muerte y resurrección de un personaje. Pero, en primer lugar, ese concepto no era algo tan habitual como lo es hoy en el 1984 en el que cambió por completo la historia de la Cosa del Pantano. Y además, no importa tanto el qué, sino el cómo. La disección del cuerpo de la Cosa que lleva a cabo el doctor Woodrue, la que permite llegar a la verdadera naturaleza de la criatura en la que parece haberse convertido Alec Holland, es la misma que Moore practica sobre el personaje. Le sirve para cerrar el pasado, para crear un presente fascinante y para arrancar un futuro a largo y a corto plazo (Woodrue, el Hombre Florónico, se convierte en el primer gran villano de esta nueva etapa). Incluso sortea de una forma admirable la presencia (¿decidida o impuesta?) de personaje emblemáticos de la editorial, como la Liga de la Justicia primero y el demonio Etrigan después para que tengan un encaje preciso que no robe ningún tipo de protagonismo no tanto al personaje principal de la historia sino al maravilloso proceso de reconstrucción que acomete el guionista británico. Moore conjuga así de una forma admirable el tebeo de superhéroes y el de horror, dotando a la Cosa del Pantano de bases nuevas y sorprendentes.